Cuando una enferma terminal ve cómo su mundo se derrumba en un solo día, recibe una milagrosa segunda oportunidad de vivir, y está decidida a aprovecharla al máximo. Rápida, divertida y motivadora, es el comienzo de una serie con mucho potencial.
Episodios 1 y 2 de Casate Con Mi Esposo
Conocemos a nuestra oprimida heroína, KANG JI-WON (Park Min-young), en el hospital: le han diagnosticado un cáncer gástrico en fase cuatro y sólo le quedan entre seis y doce meses de vida. Sin sus padres, soporta en silencio los abusos de su terrible suegra.
Su marido, PARK MIN-HWAN (Lee Yi-kyung), no es mucho mejor. Min-hwan es un «niño mami» que espera que su mujer le sirva como una criada, y su reacción ante el diagnóstico de cáncer de Ji-won es quejarse de quién le hará la comida si se pone enferma. Triste.
Para aquellos que piensan que Ji-won tiene a su mejor amiga JUNG SOO-MIN (Song Ha-yoon) a su lado, el drama muestra rápidamente que no es así. Puede que Soo-min parezca dulce y comprensiva delante de Ji-won, pero en su tiempo libre se enrolla con Min-hwan en tórridas sesiones.
Las facturas del hospital que Ji-won no ha pagado, cortesía de los dos parásitos que se supone que son su familia, no le dejan otra opción que coger un taxi para volver a casa. Mientras ella se desahoga con el taxista sobre su sufrida vida, él cambia la ruta y la lleva por un hermoso camino de cerezos en flor. «Sólo cuando sigues un camino hasta el final puedes estar seguro del resultado», dice. Hay otros caminos, quizá incluso mejores. Ji-won intenta pagar la carrera, pero él le devuelve el dinero, diciéndole que lo considere una paga de su padre.
Cuando llega a casa, Ji-won se enfrenta a una cruel verdad: su marido y su mejor amiga están acurrucados en la cama, riéndose de cómo Min-hwan tuvo la previsión de contratar un seguro contra el cáncer y discutiendo qué harán con el dinero tras la muerte de Ji-won. Completamente desconsolada, Ji-won se enfrenta a los amantes, lo que lleva a una pelea que acaba con Min-hwan empujando a Ji-won lejos de Soo-min y contra la mesa de cristal. El cristal se rompe y la frágil Ji-won muere desangrada.
Lo siguiente que sabe Ji-won es que está de vuelta en su oficina, enfrentándose a su marido infiel. Con la traición aún fresca en su mente, ataca a Min-hwan furiosa, hasta que interviene el director general YOO JI-HYUK (Na In-woo, con unas adorables gafas de empollón). Él salva a Ji-won dos veces más, apartando un jarrón que se cae y evitando que tropiece en las escaleras, e incluso recupera sus zapatos perdidos como su propio príncipe azul.
No hemos pasado mucho tiempo con Ji-hyuk esta semana -está en un segundo plano, observando a Ji-won con una expresión pensativa e indescifrable-, pero ya resulta simpático e intrigante. En primer lugar, siempre aparece en el momento justo para Ji-won, casi como si ya conociera todos sus problemas. ¿Podría ser que también viajara en el tiempo?
Ji-hyuk también es atento y considerado, lo que le sitúa a años luz de cualquier otra persona en la vida de Ji-won. No duda en reafirmar sus habilidades y tranquilizarla en momentos de necesidad, lo que ya la anima a reconstruir su autoestima. (Bonus: En 2021, Ji-hyuk triunfa en la empresa de su padre y se convierte en el consejero delegado)
Puede que Ji-won se haya lanzado de cabeza a su segunda oportunidad, pero no tarda en comprender la situación. Al darse cuenta de que ha retrocedido en el tiempo hasta 2013 -lo que significa que tiene una década para cambiar el terrible destino que aún recuerda vívidamente-, Ji-won decide utilizar su conocimiento del futuro para invertir sabiamente y aumentar sus modestos ahorros. Todavía no se ha casado con Min-hwan, y un escáner en el hospital revela que sigue sin tener cáncer, lo que significa que aún tiene la oportunidad de evitar ser encarcelada.
Antes de todo eso, sin embargo, sólo hay una pregunta acuciante: ¿cómo ha vuelto Ji-won a la vida? La respuesta la encuentra cuando busca en su bolsillo y descubre una nota con un corazón. Es el billete que le dio el taxista y le recuerda a su difunto padre garabateando un billete de la misma manera. Volvemos a ver la escena del taxi, y esta vez es su padre el que va en el asiento del conductor, como si le hiciera un último regalo.
Decidida a vivir su vida al máximo esta vez, Ji-won se pone su gorra de pensar. La herida que sufrió Ji-hyuk al protegerla del frasco es exactamente igual a la cicatriz de la quemadura que tenía en la línea temporal original. Además, Ji-won evita un rasguño en la rodilla que había sufrido, sólo para sufrir la misma herida de forma diferente. Sin embargo, cuando Ji-won evita el camino del «derrame accidental» de comida de Soo-min, consigue mantenerse limpia, y la camisa de diseño de Min-hwan acaba estropeada. (¡Ja, bien hecho!)
Todo queda claro: los acontecimientos siempre ocurrirán como deben, pero las partes implicadas pueden ser diferentes. Con eso, Ji-won idea un plan. Transferirá su horrible destino a Soo-min, matando dos pájaros de un tiro.
Cuando ambos parásitos intentan instalarse en su piso, Ji-won ve la oportunidad perfecta para planear algo de tiempo a solas. ¿Whisky? Sí. ¿Un marido que le echa el ojo a su mejor amiga? Sí. ¿Su propia mejor amiga? Comprobado – oh, espera, Soo-min decidió hacer un berrinche y no venir después de todo. Ups.
Min-hwan llega a casa antes de lo esperado, ya que Ji-won se ha portado como una mona y una astuta antes para disipar sus sospechas infundadas de que ella y Ji-hyuk están teniendo un floreciente romance. (La proyección es fuerte en este caso, ¿eh?) Bajo la impresión de que Ji-won está de humor para pasar un rato íntimo, Min-hwan tira la toalla con una floritura dramática, sonriendo expectante. Acorralada por el ansioso Min-hwan, Ji-won grita horrorizada.
Ah, ¡me está gustando el drama hasta ahora! Avanza satisfactoriamente rápido, sobre todo por la forma en que Ji-won se dedica con entusiasmo a su misión de superación personal. Celebré cuando Ji-won reconoció inmediatamente la verdadera naturaleza de Min-hwan y Soo-min; si no fuera por su necesidad de mantener las apariencias (al menos por ahora), los habría dejado caer como patatas calientes. Puede que Ji-won haya sido menospreciada y desacreditada, pero aún tiene agallas y está redescubriendo poco a poco la autoestima que había perdido de vista.
Por eso me encanta que el drama destaque la solidaridad femenina, demostrando la influencia positiva que Ji-won tiene en los demás y el apoyo que recibe a cambio. Está la asociación profesional con la tímida ayudante de dirección YANG JOO-RAN (Gong Min-jung), a la que el arrogante y caricaturesco director del equipo desprecia constantemente. Y luego está su amistad con la adorable y entusiasta compañera de trabajo YOO HEE-YEON (Choi Gyu-ri), que tiene tanto el optimismo boyante para ignorar los comentarios desagradables como la confianza directa para poner a Soo-min en su lugar.
Aunque el drama se inclina hacia el entretenimiento extravagante de la premisa, también hace un trabajo notablemente realista al retratar las luchas a las que se enfrentan las mujeres. A veces resulta incómodo; no pude evitar estremecerme cuando Min-hwan se volvió violentamente agresivo ante el rechazo de Ji-won (enhorabuena a Lee Yi-kyung por equilibrar hábilmente las cualidades de perdedor patético de Min-hwan y su lado agresivo y aterrador)
Hasta ahora, el drama se enfrenta de forma coherente y directa a la misoginia rampante en la sociedad. Esto es evidente en la forma en que la policía culpa a la víctima Ji-won y compadece a Min-hwan, o cómo la suegra de Ji-won la critica por la falta de descendencia cuando fue decisión de Min-hwan, o incluso algo tan simple pero tan omnipresente como el privilegio de belleza de Soo-min.
Hablando de Soo-min, se aferra a Ji-won porque necesita menospreciar a alguien para elevarse a sí misma, lo que da lugar a una especie de afecto posesivo que roza lo obsesivo. Ji-hyuk parece haberse dado cuenta de esto, y si su breve encuentro con el famoso chef BAEK EUN-HO (Lee Ki-kwang) sirve de indicio, puede que esté manipulando las cosas para asegurarse de que la cena de la reunión del instituto sea favorable a Ji-won. (¡Esta vez nada de pendientes falsos y vergüenza pública!)
El comentario social de la serie es incómodamente realista, al tiempo que aumenta las payasadas, y hasta ahora creo que está haciendo un buen trabajo equilibrando el tono. Animo a Ji-won para que encamine su vida en la dirección que quiere, tengo curiosidad por saber qué le pasa a Ji-hyuk y estoy deseando que Min-hwan y Soo-min reciban el castigo que se merecen. En otras palabras, soy cautelosamente optimista, pero por ahora, ¡me apunto!
Fuente: Dramabeans
